Cuando este escrito salga en Blogueres, lo que deseaba compartir con aquellas personas que lo lean, es posible que esté fuera de contexto pero no fuera de nuestras mentes. Asumiendo que soy muy rápida para tomar unas decisiones y muy lenta para otras, me consuela pensar que dispongo de este espacio en el que compartir “mis cabòries” con quienes tengan la inquietud de ver el mundo con otra mirada.
Este año es muy especial pues a la mínima atención que pongamos, ya sea escuchando conversaciones fortuitas en alguna terraza mientras tomamos un café, o en los mensajes que con frecuencia intercambiamos con nuestros contactos por Whats-App, generalmente o hacemos bromas con las disposiciones sanitario-políticas o el desánimo se transmite rápidamente al ver alterados nuestros hábitos de encuentro familiares; encuentros rotativos de toda la familia, elaboración de exquisitos menús buscados por internet para sorprender a todos…,y quizá también olvidar que no podremos pedirle a la yaya o a la tia-abuela que por favor nos haga los canelones de siempre ¡y muchos! Que si sobran ya nos los repartiremos. Pero han muerto.
También dábamos por hecho que nos queremos, que los pequeños roces entre unos y otros se pueden evaporar con un brindis de buen cava, con un fuerte abrazo, con una sonrisa, una guitarra, pandereta, y si hay abuelos mayores rasgando la botella de cristal con un cubierto. Y todos acompañando a toda voz, aunque desentonemos, los clásicos villancicos. ¡Qué recuerdos tan bonitos! Es cierto, que este año recordamos el pasado con añoranza. Las grandes familias que unían tres mesas para compartir un momento tan especial han de cambiar radicalmente la forma. Ahora nos dividiremos en burbujas, no deberíamos cantar, aunque haga frío es conveniente abrir alguna ventana, si es la Nochevieja y teníamos costumbre de celebrarlo tomando las uvas en los puntos clave de nuestras ciudades, este año no se puede celebrar por el riesgo de contagios que ya sabemos la gravedad…Y la cabalgata de Reyes que con tanta ilusión disfrutaban los pequeños cogiendo caramelos, entregando su carta a los pajes, también cambiará. ¡Maldito COVID 19 que de forma tan drástica nos ha alterado la vida!
Así pensaba yo en algunos momentos bajos hasta que un día en el metro… LLegiu-ne més »