Situación: Gran Via, 837 (Le Glòries)
Fábrica: Farinera de San Jaime SA.
Maestro de obras: Joaquin Rivera (S. XIX)
Arquitecto: Josep Pericàs i Morros (S. XX)
Primer propietario: A. Gallarda i Herederos
Segundo propietario: Oromas SA.
Uso actual: Centro cultural “La Farinera”
Para conocer a fondo la antigua Farinera nada mejor que apuntarse a una de las visitas organizadas por 48H Open House BCN. Pere Costa, estudiante de cuarto curso de arquitectura, derrochó entusiasmo enseñándonos los rincones mas peculiares de uno de los edificios emblemáticos del barrio del Clot y explicándonos sus características.
Nos aclaró que el actual aspecto del edificio, es el resultado de combinar la estructura antigua de fachada de ladrillos y grandes ventanales, con el diseño vanguardista utilizado en su remodelación. Del conjunto industrial harinero solo se ha conservado el edificio principal de la fábrica, pero no los correspondientes al almacenado de grano, ni harinas. Tampoco las dependencias de la administración, ni la casa del vigilante, situadas todas en el espacio que actualmente ocupa el IES Salvador Espriu.
La fábrica se ubicó al lado de las vías del tren y la carretera de Ribes, que conectó el puerto Barcelonés con la ciudad. La entrada principal de la Farinera daba directamente a la calle Clot, pero en el proyecto de rehabilitación se decidió crear un nuevo acceso por el lado opuesto, es decir por la Gran Via.
Descubrimos que la Farinera mantiene parte de su maquinaría original, ya que los cambios solo se hacían para aumentar la potencia de los electromotores o para sustituir los antiguos elevadores de “culleretes de fusta” por elevadores de pvc.
Nuestro guía nos comentó que la estructura de la Farinera la formaban: Un sótano, la planta baja y tres planas más, cada una dedicada a una función especifica:
El sotano: Donde estaba instalado el electromotor que ponía en funcionamiento toda la maquinaria de la Farinera. También se encontraba el taller de mecánica y carpintería encargado del mantenimiento. Entre otras maquinas, allí se encontraba el elevador de culleretas, formado por cañerías de madera, que conectaban toda la maquinaria por donde pasaba el trigo hasta convertirse en harina.
Planta baja: Es una gran sala con suelo de madera, donde aún se conservan tres de los antiguos molinos Buhler, que facilitaban la obtención de harina blanca. A la derecha de la sala de molinos estaba la sección de limpieza, ahora se puede ver parte del antiguo embarrado suspendido del techo.
Primera planta: O “planta de los tubos” estaba formado por un entramado de multitud de tubos de madera, cuya distribución le daba el aspecto de un extraño bosque, y aseguraban el recorrido del trigo por las diferentes plantas y máquinas de la harinera.
Segunda planta: Sobre el suelo aún se pueden ver las columnas de hierro típicas de las construcciones fabriles de principios del siglo XX. Le llamaban “planta de ballarines”por el movimiento de ziga-zaga que hacian las “Planscheters” (máquinas que actuaban como un tamiz para separar los subproductos del trigo)
Tercera planta: Es la planta superior del edificio, donde se puede ver la cubierta de tejas arabes en el exterior y el último tramo de los “elevadores de culleretes” que atraviesan el edificio. Un par de estos elevadores están abiertos para ver su interior.
-La plantilla de la Farinera estaba formada por unos 25 trabajadores, repartidos entre:
-Personal de administración y gerencia.
-Mecánicos y carpinteros.
-Primero, segundo y tercer molinero.
-Los peones encargados de empacar la harina, controlar las máquinas y de la limpieza.
-La cosedora de sacos “Saquera” y los vigilantes.
Historia de la Farinera:
El crecimiento industrial y demográfico de la ciudad generó un aumento de la demanda de productos de primera necesidad , como el pan, por parte de la nueva clase obrera. Los industriales barceloneses vieron en las harinas un sector importante de negocios y decidieron invertir en cambios tecnológicos para esta industria. Así se pasó de los pequeños molinos que utilizaban como energía motriz la fuerza animal a las grandes harineras que utilizaban primero maquinas de vapor y después electricidad.
En este contexto Andreu Gallarda en el año 1892 encarga la construcción de depósitos y silos para almacenar cereales en un solar de su propiedad. Nueve años después solicita permiso al ayuntamiento para ampliar las instalaciones, no se lo concederán hasta 1910. a pesar de lo cual son construidas en 1900 y puestas en funcionamiento en 1902.
La “Farinera de Sant Jaume” fue una de las más importantes del Clot. A la muerte de Gallarda pasa a manos de su nieta, en 1923, y el mismo año pasa a formar parte de el holding industrial “Panera de Barcelona S.A”
Durante la guerra civil la Farinera trabaja para la Generalidad y el Ministerio de Guerra de la República, hasta la caída de Barcelona en 1939. Durante los primeros años de la posguerra, ve reducida su producción por la escasez de grano y las restricciones energéticas.
La finalización de la guerra hizo que la Farinera trabajase para el Estado mayor de Defensa y para el Ministerio de Industria. En el año 1942 los propietarios recuperaron la propiedad de la fábrica, aunque la gestión continuó en manos del gobierno a través del “Servicio Nacional del Trigo” dependiente del ministerio de Agricultura.
Los herederos conservan la propiedad de la fábrica hasta 1979, año en que la compra la harinera catalana OROMAS SA., que la conserva activa hasta el año 1991, fecha en la que se cierra definitivamente. En 1995 se produce su expropiación dando respuesta a las reivindicaciones vecinales para su rehabilitación y adecuación como equipamiento cultural de Sant Martí.
Información conseguida a través de Pere Costa, colaborador de 48h Open House BCN, y del archivo histórico y fotográfico del Instituto de cultura de Barcelona