Con la lluvia.
Y juntos se funden en la nada. En el viento. En algún lugar del cielo.
Y ella, la lluvia, calma la tierra herida, el suelo negro, la paz perdida,
Soñando que quizás algún día vuelva a brotar de nuevo la vida.
Y se lo lleva lejos, porque aunque lo ama sabe de su mal,
Y del dolor que causa cuando arrasa con todo.
Si, ese fuego salvaje, potente y bravo que se alimenta del aire,
que deja la tierra negra y el pan calcinado por muchos años,
cuando se apaga, va lejos, muy lejos, con las gotas de lluvia
Angela Santolea