El pasado 13 de Octubre la iglesia católica llevó a término la beatificación de 522 personas en Tarragona, después de varias semanas previas haciendo publicidad en todos los medios de comunicación.

De entrada nada que decir, cada uno tendría que ser libre para celebrar aquello que crea conveniente, pero siempre que no perjudique a terceros. Pero, la historia, nos ha demostrado que la iglesia no ha tenido ni tiene este criterio. Y este es otro ejemplo, las beatificaciones las hemos pagado entre todos, con el dinero de nuestros impuestos, seamos o no católicos, estemos o no de acuerdo con esta celebración.

Cuando las personas “de la calle” celebramos un evento, sea del tipo que sea, lo pagamos siempre de nuestro bolsillo.

Por otro lado, como ciudadanos no tenemos la información ni los medios para saber qué cantidad de dinero público se ha destinado a este evento, esta celebración, o como le quieran llamar, es igual. Es evidente que nuestros representantes políticos, de todas las ideologías, que gestionan nuestro dinero, si que tienen estos datos. Por transparencia y por calidad democrática, todas las personas los tendríamos que conocer, para saber las prioridades que tienen nuestros representantes de las partidas pagadas con dinero público. En este sentido, no creo que nos aporten esta información… sería una agradable sorpresa.

Para acabar, remarcar como la iglesia, los políticos y organizadores de este evento, en el momento que estamos padeciendo recortes en la educación, la sanidad, los servicios sociales etc., son capaces de hacer un gasto, de la magnitud que sea, con el dinero de todos, cuando debería de ser totalmente subvencionado por los colectivos interesados.

Magui Turnes