El pasado 9 de noviembre falleció Trinidad Gallego Prieto. Trinidad Fue presidenta de la asociación de Les Dones del 36.
La “Trini” como le gustaba que la llamasen fue una de esas mujeres adelantadas a su tiempo. Militante activa en la segunda guerra mundial defendió hasta el fin de sus días la libertad y la justicia, con coraje y tesón.
La Trini fue galardonada con nuestro Premios Colaboradores en el año 2007. Recuerdo su vitalidad y energía, la fuerza de sus palabras y la expresión de sus ojos que hipnotizaron a todas las mujeres presentes aquella tarde en la Pizarra de Raimunda. Nos hablo de sus hazañas, de la resistencia, de su estancia en la cárcel, de la miseria, del dolor. Pero a mi una de las cosas que más me ha quedado guardada en la memoria fue cuando nos contó como fue su primer día de guerra.
Nos relató que aquel día asistió a su primer parto, ella era muy joven y la inexperiencia y el miedo por la situación en la que se produjo, hizo que aquel parto entre las bombas fuese muy difícil. Aun así, todo fue bien y, el llanto del pequeño acalló milagrosamente el estrépito zumbido de los proyectiles. Al acabar su trabajo se fue de la casa y nada más salir a la calle el cadáver de un hombre cayó junto a sus pies. Nos narró emocionada, a pesar de los años trascurridos, que el mismo día presenció los dos actos más importantes del ser humano, la vida y la muerte. Después sin dar tiempo a que la tristeza se instalase en nosotras, alzó la mano con brío y comenzó a cantar la Internacional. Llenó la sala de entusiasmo e hizo que la alegría fluyese como el agua en un río.
El papel fundamental de las mujeres en nuestra guerra civil ha sido reivindicado y difundido magistralmente por la asociación Les Dones del 36. Ellas se han encargado de visibilizar a las grandes olvidadas de esta historia. A las mujeres anónimas que entregaron de una u otra manera sus vidas y que desoladamente apenas nadie las recuerda.
Hoy mi amiga Josefina Piquet “La niña del 36” llora la partida de su gran amiga. La tristeza en su voz al darme la noticia me ha hecho acompañarla en su llanto. Son muchos años, muchos recuerdos, mucho lo sufrido y lo olvidado y, también, como no podía ser de otra manera lo amado. Ya quedan muy pocas de aquellas mujeres extraordinarias, los años no transcurren en balde para nadie. Hoy la Trini a sus 98 años se ha reunido con sus compañeras en la trinchera del cielo y, conociéndola, ha de estar organizando una revuelta para poner firmes a las estrellas.
Por mi parte sigo estando anonadada y, ahora, aun más guardaré su anécdota en el fondo de mi alma. Una vez más el destino ha querido que el mismo día fluctuase la vida y la muerte: el día que partió la Trini, es el día en que nació mi hijo. El destino es una casa con las puertas abiertas.
Gracias Trini por ayudarnos a ser mejores. Gracias a Les Dones del 36 por dejarnos la sabiduría y el coraje como la mejor arma para seguir avanzando.
Hasta siempre Trinidad Gallego.
Carmen Gómez
Fabulosa, mujer y una buena narración con mucho cariño y mimo.
Un abrazo para todas les Dones del 36
¡Que historia la de esas mujeres! Es admirable el valor y la dignidad con que soportaron las situaciones más duras, son ellas las que deberían escribir el episodio más dramático que ha atravesado nuestro país. Descanse en paz.