Situación: Marià Aguilò, 249-277 (Poblenou)
Fábrica: Textil (Ram de l’aigua)
Obra del ingeniero: Benet Puig i Rossinyol
Primer propietario: Felipe Ferrando (1856)
Segundo propietario: Josep Vila i Soler
Uso actual: Centro cívico y complejo deportivo (Sede Arxiu Històric Poblenou)
Cuando visité por primera vez Can Felipa, me pareció mentira que aquel edifico de diseño tan elegante hubiera sido alguna vez una fábrica. En el archivo histórico de Poblenou, situado dentro del mismo inmueble, me lo confirmaron. Su historia se remonta a mediados del siglo XIX, cuando Felipe Ferrando (de aquí el nombre de Can Felipa) abrió una pequeña fábrica para el blanqueo de tejidos con cuarenta operarios. Estaba situada en la esquina de las calles Marià Aguiló (antes S. Pere) y Peralada, desaparecida al abrirse la calle Pallars.
La familia Vilà compró Can Felipa en 1877, la amplió y la mantuvo hasta su cierre en 1978. Esta saga familiar estuvo vinculada al textil desde 1879, cuando Josep Vilá i Soler creo otra industria dedicada al Ram de l’aigua: Blanqueo, tintado y estampado de algodón, situada en la calle Sant Pere 17.
Fue una de las fábricas más importantes que se crearon en Poblenou en el siglo XIX. Por dimensiones y número de personas que trabajaban era comparable a Ca l’Aranyó. El edificio conservado
forma parte del conjunto fabril que la familia Vila poseía a Poblenou, todos dedicados a diferentes procesos industriales dentro del ramo textil. El resto de las naves fueron derruidas, con excepción de otro edificio situado en la calle Mariá Aguiló. También se ha conservado una parte de la cerca perimetral, como recordatorio de los antiguos límites del conjunto fabril.
Su arquitectura, como sucedía con la mayoría de los edificios textiles, se basaba en la típica estructura de “fábrica de pisos” que consistía en una construcción de diversas plantas con pilares interiores de hierro colado, vigas y techos de madera, además de un gran número de ventanas. Las salas de trabajo eran más grandes e higiénicas y permitían la instalación de grandes máquinas y un mayor control de la producción.
Se diseñó en forma de “ele”: La planta baja estaba porticada y tenía tres pisos con grandes ventanales que aseguraban la entrada de la luz natural. La cubierta del edificio está decorada con “escamas de pizarra” una balaustrada y un conjunto de buhardillas. El edificio principal fue remodelado y la fachada pintada de blanco, sustituyendo al original color gris. Todo el conjunto ha adquirido un cierto aire de palacete francés, que hace olvidar su destino original: Una fábrica textil.
Desgraciadamente “la memoria interior de muchas de estas fábricas”, es decir los procesos de producción, relaciones laborales e innovaciones tecnológicas, se han perdido. O bien porque la concepción utilitaria de “rehabilitación del patrimonio industrial” no ha sido capaz de recuperar la información sobre el funcionamiento interno de las referidas empresas, o porque la documentación permanece en manos de los herederos.
Evolución industrial de la fábrica:
En 1894, había en la fábrica tres calderas de vapor de 100 cv. y dos 50 cv. Que hacían un total de 400 caballos de vapor. Con la muerte de Josep Vilà en 1906 la firma cambia de denominación y pasa ser “Viuda e Hijos de Josep Vilà”. En 1913 era una de las empresas más importantes del “Ram de l’aigua” y ocupaba el número 32 en la lista de contribuyentes del sector, según la cuota fiscal del Sant Martí. Uno de sus hijos, Josep Vilà i Marqués decidió dar nueva forma jurídica a la firma y en 1920 constituyó “Manufacturas Reunidas del Textil SA.”
La Central de Acabados Textiles SA. (Catexis), nació en 1955 como resultado de una nueva aportación de capital de la familia Vilà. La nueva firma, constituida con un capital de 5.500.000 pts., se domicilió en el número 15-17 de la calle Marià Aguiló y en la escritura de constitución se estableció que tendría como objeto “la manipulación de toda clase de fibras, la fabricación de hilados y tejidos y el desarrollo de la industria de blanqueo, tinte i estampado”, la aparición de la nueva firma estuvo acompañada por la ampliación de las instalaciones de Poblenou. De la reforma efectuada entre 1955 y 1956 por el ingeniero Benet Puig i Rossinyol, salió el edificio que actualmente se conoce con el nombre de “Centre Cívic Can Felipa”.
Durante una gran parte del siglo XX fue una empresa rentable donde llegaron a trabajar 700 obreros, hasta el final de la década de los 60, época en la que se inició un periodo traumático. En 1870 los obreros comienzan un conjunto de protestas, para conseguir mejoras sociales y económicas paralelas al crecimiento de la firma. La década de los 70, de crisis total para todo el sector del textil catalán, supuso también un giro en la actitud empresarial de los Vilà, que condujo a la desaparición de la actividad productiva tradicional de la fábrica.
Los Herederos constituyeron diversas firmas inmobiliarias y quisieron reducir la plantilla. Despidieron a 72 trabajadores de entre 40 y 60 años sin indemnización. A pesar de las protestas los despidos prosperaron, era el preludio del desmantelamiento de la fábrica unos años más tarde. Uno de los afectados fue Manuel Martínez, revive con tristeza aquellos años: «En los últimos tiempos de Catex había conflictos laborales cada semana, se veía venir el final. Yo tenía dos hijos y mucho miedo de quedarme sin trabajo».
La primera intención de los Vilà fue construir en todo el solar, pero la “Asociación de vecinos” presionó para conseguir que una parte de los inmensos terrenos tuviesen una utilidad pública. Después de diferentes negociaciones se acordó que en una parte se harían pisos y en otra un polideportivo y un centro cívico que ocuparían el “edificio más noble” de la antigua fábrica.
Desde 1991 es un importante equipamiento del barrio y supone un buen ejemplo de la reutilización de los antiguos espacios industriales para servicios colectivos, conseguidos gracias a las movilizaciones vecinales que lucharon para evitar el derribo de la fábrica.
(Documentación e imágenes proporcionadas por el Arxiu històric de poblenou)
Voldria saber si el edifici que hi ha al costat de “Can Felipa” que dona al carrer Marià Aguiló, pertanyie també a la fábrica tèxtil i si eren les oficines.
Moltes gràcies.
Hola,
els meus avis van treballar a la Catex i jo des de molt petit anava, ja que el meu avi era el Consege, i alló eran els vesturaris i em menjador
Hola,
per tal de poder citar-la correctament, voldria saber de quin any (si no se sap l’any exacte, més o menys) és la primera foto.
Moltes gràcies,
Èlia
Sentim molt no poder facilitar la informació que sol·licités. La persona que va publicar l’article ja no col·labora amb el bloc de Les Blogueres de Sant Martí. Ella es va documentar l’Arxiu Històric de Sant Martí.