Un día para conjurar el horror,
para agitar el sufrimiento
ante la mirada escandalizada
de las buenas conciencias.
a
Turbada su delicada sensibilidad
por la brutalidad de imágenes,
que muestra el noticiario
mientras saborean el postre.
a
Estremecidas por un escalofrío,
escuchan el rosario de nombres
resbalando como lluvia ácida
sobre códigos de leyes inútiles.
a
Mañana regresaran al olvido
de las esquelas mortuorias,
al estante de los relatos de terror,
al desván de los recuerdos lúgubres.
a
Otras seguirán atrapadas en la oscuridad,
viviendo en el país de las pesadillas,
aisladas en el cuarto oscuro del desamparo,
esperando ser solo un nombre más.
Mª Jesús Mandianes